lunes, 20 de junio de 2011

Un nuevo sendero señalizado une Graus con la ermita de los Templarios de Grustán

El camino, que ha sido recuperado y acondicionado por la empresa Prames, forma parte de una red de diez rutas ornitológicas interpretadas promovidas por el Cedesor en las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza, y dedicadas a mostrar la riqueza natural de los ecosistemas de roquedo, bosque y humedal del territorio. Esta ruta, la única acondicionada en el municipio de Graus, viene a enlazar con el GR1 a su paso por Graus y Grustán, de modo que se configura un camino circular con numerosos atractivos: el barranco de San Miguel, la popular Piedra Plana, Las Planas y su espléndido mirador del valle, la propia ermita románica de Los Templarios o el frondoso bosque de La Ubaga. En total, el camino tiene una longitud de casi 6 kilómetros y un desnivel acumulado de 200 metros.
A los valores medioambientales del camino se suman los culturales, ya que ésta era la antigua ruta que comunicaba las poblaciones de Grustán y Graus, ambas dependientes durante siglos del monasterio de San Victorián, y que aún hoy comparten la advocación de sus respectivos templos, de Santa María de La Peña y de San Miguel.
El acondicionamiento del camino, que ya cuenta con los indicadores pertinentes, concluirá definitivamente en el mes de septiembre con la instalación de distintos paneles interpretativos.
La marcha abierta de ayer partió de la Plaza de San Miguel para llegar hasta la ermita de Los Templarios, desde donde regresó por el mismo camino. El camino estuvo guiado por el técnico de Prames David Saz, quien ha diseñado el proyecto y trabajado de principio a fin en este camino, y el técnico de Cultura del Ayuntamiento de Graus Jorge Mur, quien explicó los trabajos arqueológicos llevados a cabo en la ermita de Los Templarios el pasado verano.
Mur se refirió a los trabajos de limpieza realizados en la ermita de los Templarios en los últimos años, a los que se sumó una prospección arqueológica el verano pasado.
Estos restos requieren, a su juicio, "una campaña arqueológica profesional" que arroje luz a esta construcción, sobre la cual no existe documentación, sólo textos posteriores y tradición oral. El técnico de Cultura grausino señaló que "por el aspecto formal y la estructura de los restos, podría datar de principios del siglo XII".
En la caminata de ayer se pudo visitar esta ermita desconocida que "sorprende por su ubicación, en medio de la nada, y por las proporciones tanto de la ermita, que más bien parece una iglesia, como del recinto".

Fuente: Diario del AltoAragón. Elena Fortuño

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